Galicia es una comunidad autónoma española situada al noroeste de la Península Ibérica y formada por las provincias de A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra. Tiene una superficie total de 29.575 km² y una población de 2.794.516 habitantes (datos del Instituto Galego de Estatística, año 2011), concentrada en el litoral (ciudades de A Coruña, Vigo, Ferrol y Pontevedra). El sistema de población que predomina es el de núcleos rurales y dispersos.
El Estatuto de Autonomía de Galicia, aprobado en 1981, reconoce al gallego como lengua propia de Galicia y cooficial de la comunidad, que “todos tienen el derecho de conocer y usar” y, al mismo tiempo, encomienda a los poderes públicos a promover su normalización en todos los ámbitos. La Ley de Normalización Lingüística, aprobada por unanimidad el 15 de junio de 1983 en el Parlamento de Galicia, desarrolla en su Preámbulo estos principios en el marco de “un esfuerzo constructivo encaminado a la plena recuperación de nuestra personalidad colectiva y de su potencialidad creadora”.
Durante estos casi 20 años, diferentes decretos, órdenes y reglamentos complementan su marco legal y aseguran la recuperación del gallego, su uso social y su promoción en los diferentes ámbitos (Administración, enseñanza, medios de comunicación…), además de reconocer las formas toponímicas gallegas como únicas oficiales.
El territorio geográfico de la lengua gallega está delimitado por la Comunidad Autónoma Gallega y las áreas más occidentales de Asturias, León y Zamora, además de tres pequeños lugares de Extremadura. Además de eso, y por las circunstancias históricas de la emigración gallega por todo el mundo, existen áreas con amplia presencia de comunidades lingüísticas que conservaron el gallego como vehículo comunicativo, en ciudades como Barcelona, Zúrich, Montevideo o Buenos Aires.
El gallego pertenece a la familia de las lenguas románicas y es el resultado de la evolución del latín introducido por los romanos en el noroeste de la Península Ibérica. Desde el siglo IX la lengua hablada en esta área era tan diferente que podemos considerar la existencia de dos lenguas: el latín y el gallego. El gallego llegó a ser la lengua de la poesía lírica en toda la península. Se habla de poesía lírica gallego-portuguesa, porque hasta mediados del siglo XIV formaron un mismo tronco lingüístico.
La lengua gallega es la más utilizada en Galicia, y es hablada -según los datos de la última encuesta de condiciones de vida de las familias, elaborada en 2008 por el Instituto Galego de Estatística- por un 55,42% de la población, de manera mayoritaria o preferente. Más del 95% la entiende.
En la actualidad tenemos una cultura rica y viva, que parte de la tradición, pero que ha incorporado lenguajes contemporáneos. El hecho de ser el final de un Camino que ha vertebrado culturalmente Europa ha facilitado la penetración de las corrientes de arte y de pensamiento europeas a lo largo de toda la Edad Media. También florecieron los contactos con los demás países atlánticos europeos, Y tiene mucho peso, a partir de la primera mitad del siglo XX, La influencia de la emigración a América.
Hoy la cultura gallega se asienta sobre unas bases consolidadas, con una industria cultural y creativa importante, que representa un sector estratégico para el desarrollo social y económico de Galicia.
Una de las principales referencias en el ámbito cultural gallego es la Ciudad de la Cultura de Galicia, situada en Santiago de Compostela. Respecto de las principales instituciones oficiales en materia cultural y lingüística, estas son el Consello da Cultura Galega y la Real Academia Galega, fundada en 1906. También han tenido una gran importancia en nuestro desarrollo cultural las tres universidades gallegas.
El horizonte de la cultura gallega presenta diversos retos, entre los que se encuentran su protección y puesta en valor social; el avance en una nueva política para la difusión de sus manifestaciones artísticas, lingüísticas y culturales, y el impulso institucional a la capacidad competitiva de la industria cultural del país.
El patrimonio cultural gallego se caracteriza por su riqueza, diversidad y extensión geográfica, así como por la vinculación al paisaje que lo rodea. Abundan los monumentos megalíticos –grabados rupestres, o castros y son numerosos los restos romanos, entre los que destacan la Muralla de Lugo o la Torre de Hércules de A Coruña, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.Pero si algo la convierte en referente europeo son las múltiples arterias del camino que conduce a Santiago de Compostela, ciudad reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad
En la meta de la ruta jacobea se encuentra la catedral de Santiago de Compostela, símbolo de Galicia por su valor patrimonial, por su importancia histórica en la conformación de la propia identidad europea.
Con sus más de 30.000 núcleos de población, el paisaje gallego está profundamente humanizado. El patrimonio arquitectónico está dominado por las construcciones religiosas en granito. Dentro del patrimonio etnográfico destacan, por valor y número, los hórreos –y las cruces de piedra o cruceiros.
Galicia cuenta, asimismo, con una riquísima cultura oral que todavía hoy mantiene vivas costumbres milenarias y que ha permitido, durante siglos, transmitir entre generaciones una memoria colectiva y una lengua largo tiempo apartada de la alta cultura y el poder político.
